El loco Moncada un día se puso un atuendo no habitual sus representaciones en el Mercado Modelo de Chimbote tuvieron un giro diferente a las anteriores. Esta vez instaló una hamaca entre dos postes. Se acostó a lado de un banco con un enorme teléfono rojo. Tomó el auricular y empezó a discutir supuestamente con el presidente de Estados Unidos, protestando por sus acciones en América Latina.

- Don Ciriaco, ¿A qué se debe el cambio? – le pregunté, tocando con mis manos el poste cercano a su cabeza.
- Seré un personaje de la literatura universal, tengo que tocar temas del mundo – me respondió con un tono que también parecía recién inaugurado.
- ¿Cómo así, don Ciriaco? – le pregunté, intrigado.
El loco estiró las piernas poniendo tensa la hamaca. Sujetó más fuerte el auricular rojo.
- Un gran escritor me está entrevistando para dar a conocer al mundo el pensamiento que surge de la locura de este pueblo confundido – vaticinó sin un pizca de duda.
José María Arguedas había empezado a conversar con el órate, cada tarde que descendía de las colinas arenosas del cerro San Pedro que veían invadidas por los inmigrantes zorros que bajaron de las punas.
El hecho de sentirse estudiado, entrevistado, valorado, hizo que el loco Moncada se creyera menos loco y se supo más influyente. Eso cambió en algo su propia naturaleza.
El estudio de los sistemas cuánticos que habitan el microcosmos también influye en su estado. Se dice que el hecho de medir obliga a los entes cuánticos a definirse. Antes de la medición los sistemas no se encuentran en estado definido. El famoso “gato de Schrödinger” que está muerto y vivo a la vez antes de abrir la caja en la que se encuentra tiene que definir su estado al abrirla.
En la actualidad se usa mucho la técnica de las encuestas cuyos resultados son publicados. Parece evidente que el proceso cambiará el resultado de la siguiente encuesta. Los canales de televisión se están acostumbrando a realizar encuestas de opinión sobre los temas que tratan. Con ello, seguramente esperan cambiar en algo la opinión del público que los sigue.
En suma, los investigadores científicos sociales terminan influenciando en su objeto de estudio: la sociedad.
Moncada no era loco, el entorno suyo era un manicomio, los locos éramos nosotros que no logramos entenderlo ! .
Un grandee !!!
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