Concentrado en las aplicaciones informáticas, E.E.U.U. se convirtió en país vulnerable e importador de chips de tecnología avanzada.
El problema no es tan simple porque tienen un gran déficit de ingenieros y científicos en todos los campos, pero especialmente en el de los chips de tecnología avanzada. Más aún, cerca de la mitad de los investigadores que trabajan en Estados Unidos está constituida por extranjeros que podrían regresar a sus países. Para empeorar las cosas, las leyes migratorias no facilitan la llegada de nuevos talentos.
Actualmente Taiwan y Corea de Sur dominan el mercado con sus instalaciones altamente sofisticadas y sus bien formados científicos e ingenieros. Estados Unidos, en su desesperación trata de disuadir a sus aliados de vender instalaciones sofisticadas a China, potencia que está dispuesta proseguir su impulso hacia el dominio tecnológico.
Ante esta situación, E.E.U.U. ha dado la “Ley Chips y Ciencia”, con la que tratará de evitar la debacle tecnológica que lo amenaza. Con esta ley, el gobierno ofrecerá incentivos a las empresas que se lancen en esta batalla tecnológica.
Las potencias se han librado a una encarnizada competencia por atraer talentos en ciencia y tecnología, mientras que los países que no comprenden su valor, los rechazan con sus políticas que repelen a los científicos.