Lo que puede lograr un recién nacido

Cuando nace un niño, surge la posibilidad de cambiar la historia de una familia, de un país o del mundo. En 25 años podemos tener un profesional exitoso o un líder que haga progresar a su Nación. Todo depende de los padres, de su entorno y de la política de Estado de su país natal.

Si los padres se dedican a matar el tiempo con cualquier actividad intrascendente, el niño repetirá ese modelo.

Si los padres le muestran un camino diferente, enseñándole el placer de aprender e investigar su entorno, para mejorarlo, ese niño tendrá un futuro brillante.

Si la escuela estuviera preparada para seguir ese mismo proceso, el país tendrá generaciones de profesionales capaces de crear e inventar nuevos productos y procesos.

Si, una vez formados los profesionales, el Estado les ofrece una oportunidad de servir al país, éste despegará a un mayor nivel de desarrollo.

Ejemplos, hay muchos. Niños que, por circunstancias muy particulares, tuvieron el entorno adecuado, son hoy profesionales exitosos

Países que impulsaron políticas de educación en ciencia y tecnología han logrado su desarrollo y son países del primer mundo.

Las potencias, por experiencia, conocen el valor del conocimiento y, para ser competitivos, llevan a cabo estrategias de atracción de talentos del mundo, especialmente de los países que los repelen.

Los países que no valoran la ciencia y tecnología verán la emigración de sus talentos y serán cada vez más dependientes de la tecnología de los países industrializados y, por lo tanto, más pobres.

Para tener posibilidades de progreso, un país debe apostar por una educación de calidad para todos. Si solo 5 % de la población tiene una educación adecuada, no habrá progreso. Es como un avión que no podría decolar con motores que funcionen al 5 % de su potencia.

En resumen, si las familias apuestan por una educación adecuada para sus hijos, tendrán un mejor futuro. Y eso aplica para los países y para el mundo.

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