CARETAS tributa a los personajes que durante el año fueron muestra de persistencia en causas valiosas.
Ternero e Ibáñez
Sí se Puede
Jorge Basadre
Su Lucidez nos Define y Guía
Carlos Iván Degregori
El Comisionado Silencioso
Gustavo Gutiérrez
El Príncipe de los Pobres
Esteban Quiroz
Danza de la Lluvia
Modesto Montoya
Ciencia y Paciencia
Con una trayectoria académica y profesional impecable, ahora Montoya desea que bajo su dirección el IPEN apoye el desarrollo del país.

NACIÓ en el año 49 a 3,600 m sobre el nivel del mar. En Otuzco, La Libertad. Como su familia no tenía tierras, tuvieron que viajar en busca de trabajo en las obras de la Carretera Panamericana. Por eso sus primeros recuerdos están plagados con imágenes de los arenales, campamentos obreros y camiones. Cuando el contrato de su padre venció, el pequeño Modesto tuvo que regresar a su pueblo y sufrir el choque sentimental y geográfico que supone discurrir por hermosas playas y de pronto encontrarse en plena puna y dedicarse al pastoreo de ovejas. Allí fue consciente de los procesos que implican la agricultura y de los fenómenos lúmicos que el amanecer y el anochecer otorgan. Su curiosidad había sido despertada. Cuando acabó la escuela pasó a un Politécnico donde descubrió que los conocimientos adquiridos no bastaban para responder sus preguntas. Entró a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la UNI y luego de hacer su maestría ganó una beca para estudiar Física Nuclear en Francia. Allá logró realizar su tesis en la prestigiosa Comisión de Energía Atómica. Tenía 26 años, vivía con éxito en el extranjero pero su obsesión era regresar lo antes posible al Perú. |
Cuando volvió, sufrió un shock sicológico brutal porque mientras allá le brindaban todas las facilidades, aquí se encontró con mil problemas para ejercer su profesión. Es por eso que no duró mucho en el país y tuvo que volver a salir. Viajó a Alemania, luego pasó a Francia y después recaló en EE.UU. Allí, lo encontró una buena noticia: un antiguo profesor de la UNI, lo llamaba para trabajar en el Perú. Ahora sí lo esperaba una historia profesional singular que trazaría una ruta que en estos momentos lo encuentra al frente del Instituto Peruano de Energía Nuclear. Entidad que -a su parecer- podría mejorar genéticamente la lana de alpaca, ayudar a precisar resultados médicos, lograr que la minería y metalurgia sean más competitivas.
Mas lo que falta es inversión, señala Montoya. Pero mientras eso se concreta, los interesados en el tema podrán asistir al XI Encuentro Científico Internacional que se realizará entre el 2 y el 5 de enero y cuyas estrellas serán Carlos Bustamente, biólogo peruano reconocido internacionalmente, y Bernard Bigot, alto Comisario de Energía de Francia. Las inscripciones para este evento se pueden realizar en http://www.encuentrocientificointernacional.org