Fue en la segunda guerra mundial que los Estados Unidos empezó su estrategia de atracción de talentos para llevar a cabo sus planes de desarrollo y de hegemonía científica y tecnológica, que significó su emergencia como primera potencia mundial.
Los años 70 otros países empezaron a darse cuenta del valor del conocimiento y establecieron políticas para impulsar la ciencia y la tecnología.
Actualmente, el conocimiento se ha difundido y han surgido nuevos polos de influencia mundial. Los países que no lo hicieron son dependientes y sus poblaciones sufren penurias y escasez de recursos.