China pasó de ser la principal víctima del coronavirus al primer país en frenarlo, y empezar a ayudar al mundo occidental en su guerra contra esta pandemia.
Por semanas Wuhan, China, luchó contra el coronavirus mediante la prohibición de salir, salvo para obtener suministros.
Eso no fue suficiente. Entonces se permitió solo una salida cada tres días con un pase.
Al comprobarse que ello tampoco era suficiente, simplemente se prohibió salir. Los comités vecinales son los que traen a casa los alimentos. Los infectados fueron aislados en centros especialmente escogidos para ellos.
En Perú se va a destinar las facilidades construidas para los Juegos Panamericanos para aislar a los contaminados. El presidente Martín Vizcarra anuncia la adquisición de 1 millón 600 mil pruebas para ubicar los infectados y, eventualmente, aislarlos.
La humanidad está en guerra contra el virus, parafraseando al presidente de Francia, Emmanuel Macron. La canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo algo parecido: “Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafío para nuestro país que dependa tanto de nuestra acción conjunta y solidaria”.
La solidaridad del pueblo peruano, puesto a prueba por el equipo de fútbol, puede ayudar a enfrentar este enemigo microscópico pero temible enemigo.