Ante la desidia del Estado peruano, el año 1990 apacigüé mi pasión por la investigación en física nuclear para dedicarme a promover la ciencia y la tecnología en la sociedad.
El 2006, se tuvo resultados. Los docentes universitarios empezaron a recibir remuneraciones menos insultantes. Aunque sin abandonar la promoción de la investigación, el 2007 reinicié parcialmente mis actividades de investigación. Son con algunos alumnos en el Perú, algo hemos avanzado.
Me di tiempo para hacer un doctorado (con tesis) en Gobierno y Políticas Públicas, que reforzó mi convicción de la necesidad de establecer la carrera del investigador en el Estado.
Hoy día en mi buzón electrónico recibo un mensaje de Mendeley en el que me informa que mi índice H ha llegado a 8.
Algo es algo. Seguiremos nuestra pasión.