Inmensas cantidades de dinero se han gastado en publicidad electoral y se llegó a un congreso que representaba a las grandes corporaciones con las consecuencias de corrupción que conocemos.
Hoy estamos decididos a romperle el espinazo a ese sistema electoral que generaba un congreso ajeno al pueblo que lo eligió.
Y ello se puede lograr sólo si votamos por alguien:
- de tu entorno, con quien hayas intercambiado palabras o haber estado cerca en una actividad política, a quien puedas llegar con mayor facilidad cuando sea congresista.
- que tenga sus hijos educándose en instituciones educativas similares al las que van tus hijos. Ello puede influir para que mejore la educación de tus hijos.
- que se atienda en centros médicos que te son familiares.
- en quien percibas las mismas preocupaciones que tú.
En suma, debemos escoger a alguien que realmente nos represente y a quién nos sea fácil pedirle cuentas cuando termine su función.