En los tiempos preincas los valles del Rímac y Chillón eran verdadedos jardines. Los puquios y canales formaban un sistema hidrológico que daba vida a estos valles. La invasión quintocentanaria empezó a erosionar este sistema,el que ha sido sepultado por cemento. Para ver uno de los puquios que resisten, viajamos al norte de Lima, al pie del cerro “El Respiro” en la margen derecha del río Chillóna, a 6 km al Este del Océano Pacífico y a 2 km al Oeste de la Panamericana Norte. En nuestro trayecto hemos encontrado pueblos jóvenes abandonados por el Estado. Solo llegan los misioneros evangelizadores del Hemisferio Norte.
Después de atravesar polvorientas trochas, y un puente peatonal sobre el río Chillón, llegamos al Puquio que abasteció a los antiguos habitantes de la ciudadela preinca (ahora denominado complejo arqueológico “El Respiro).
De ese puquio brota el agua que baja de los Andes y los devuelva al mar a través de dos riachuelos.
Ojalá que el Estado prestara atención a este puquio y a la Huaca, que es uno de los últimos que resisten a la salvaje destrucción del sistema hidrológico que nos dejaron las civilizaciones pre incas.