Solo con arquero juega el Perú en campeonato mundial de tecnología. La mayoría de sus estrellas está en el extranjero.
Por la reunión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Lima recibe una pléyade de economistas. La mayoría de los que se han referido a la economía del Perú señala que su crecimiento se debió al alto precio de minerales. Ahora que este precio ha bajado 40% en el promedio que interesa al Perú, la tasa de crecimiento sería de 2.4% en vez de 7% de las dos décadas pasadas, contradiciendo al optimismo del ministro de Economía y Finanzas. Cabe preguntarnos si hay lugar para el optimismo.
Como lo venimos diciendo desde tres décadas, el desarrollo de la ciencia y la tecnología es condición necesaria para un crecimiento sostenible. Y este desarrollo solo será posible con una política de retención y atracción de talentos, la que hasta hoy no vemos. Los funcionarios repiten lo que sabemos hace décadas: tenemos alrededor de mil investigadores cuando se necesita unos veinte mil. En términos futbolísticos podemos decir que estamos jugando un campeonato mundial solo con arquero. La prioridad que presta el Estado se expresa en la composición del empleo estatal. El Estado peruano tiene funcionarios clasificados por carreras (militar, judicial, policial, diplomática, penitenciaria, etc.) entre las que no está la carrera del investigador científico y tecnológico.
El Perú, sin investigadores, no podrá generar el conocimiento que hubiera podido reemplazar la baja de ingresos por minerales. Sin embargo, ha sido felicitado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La aprobación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) forma parte de este buen comportamiento.
El Perú es biodiverso, pero su crecimiento está basado en la extracción de minerales por empresas extranjeras, las que traen sus propias máquinas y equipos.
El Presidente peruano se enorgullece de su política de becas. Sin embargo, sin una política de retención y retención de los talentos que ya tenemos, las becas constituyen un mecanismo de entregar a las potencias para que sigan generando patentes por las que tendremos que pagar.
Recientemente, Joseph E. Stiglitz y Adam S. Hersh, lo dicen a su manera: “Ahora sabemos que lo que separa a los países desarrollados de los países en desarrollo es una brecha en el conocimiento, y este TPP hará que esa brecha sea más difícil de cerrar. El resultado será que los peruanos estarán enviando cada año grandes cheques de dinero a EEUU, hasta el fin de los tiempos, por el uso de ese conocimiento, incluso si se basa en el robo de material genético de la Amazonía peruana”.
La fuga de talentos lleva más de 30 años en nuestro Perú. Los peruanos venimos gastando en la formación de talentos que después se van a trabajar a los países desarrollados debido a que los gobernantes que hemos tenido no han pensado en la industrialización de nuestro país, por cuanto los intereses económicos de las transnacionales y de los países desarrollados no los dejan pensarla ni implementarla y, porque además, no hemos tenido gobernantes que piensen en el desarrollo del Perú en forma integral, sólo pensaron en el beneficio de los grupos económicos a quienes representaban y que financiaban sus campañas electorales.
Lo que ahora Stiglitz y Hersh dicen respecto a la brecha en el conocimiento entre los países desarrollados y los llamados en desarrollo, es algo que se conoce desde hace más de 40 años, pero dado su renombre ahora será insertado en la galería del conocimiento de la mayoría de intelectuales antiguos y jóvenes, hecho que puede resultar positivo para reclamarle a los gobernantes acciones para desarrollar ciencia, evitar fuga de talentos e industrializar nuestro país.
Y el TPP? Los intereses económicos de los grupos dominantes de nuestra economía son los deben haber presionado al gobierno peruano para su suscripción.
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Excelente comentario, amigo Modesto, pero desgraciadamente, mientras se mantenga el actual Statu quo, nuestra situación como país meramente extractivista, no variará. Aún así, es urgente que se genere una corriente de opinión intencionalmente política que sea cada vez más vigorosa para desenmascarar a aquello funcionarios y «estadistas», que con superlativa ignorancia e irresponsabilidad, incluso hasta se jactan de la actual situación .
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