Los inicios del proyecto Observatorio Astronómico de Salpo (OAS)

LA REPÚBLICA, 3 DE AGOSTO DE 1987

El Observatorio de Salpo

Escribe Modesto Montoya.

La Facultad de Física de la Universidad de Trujillo tuvo una intensa actividad, cuando el cometa Halley visitó las cercanías de nuestro planeta. Los trujillanos -como todos los peruanos- trataban de ver lo mejor posible el tan perseguido cometa. El denso cielo trujillano no les permitió hacerlo convenientemente: Sólo podía verse Marte, Júpiter y Saturno, a partir del observatorio de la universidad. La presión de la población empujó a los profesores y alumnos a buscar un lugar apropiado para mirar el cielo.

Así comenzó la búsqueda del observatorio regional de La Libertad. Se recorrieron diferentes lugares y visitaron numerosas personas para recopilar información. Así se llegó a las faldas del cerro Ragash, donde se encuentra un pueblo simpático: Salpo. Los salpinos son gente alegre y observadora. Desde tiempos inmemorables han observado el cielo con gran interés. Ellos suelen afirmar que desde el cerro Ragash se toca el cielo con las manos, incluso a Salpo se le conoce como “mirador de Dios”, no es para poco, lo que allí se observa es indescriptible.

Pero volvamos a nuestra expedición de la Universidad Nacional de Trujillo. A la cabeza iba el profesor Wilder Aldama con los profesores Rogelio Llatas y Antonín Prieto y el alumno Mariano Vela. Cuando llegaron quedaron impresionados por el paisaje. En el cerro Ragash. Se descubrió que no eran los primeros en haberse interesado por el lugar a 4 020 metros de altura respecto al nivel del mar. Allí encontraron sendas antenas retransmisoras de televisión y también de teléfono. Descubrieron que se observaba la ciudad de Trujillo (a 70 Km. en línea recta) y los nevados del Huascarán, Huandoy, Chopicalqui y Alpamayo (a unos 100 Km. Al sur). “De allí se puede observar toda la ciudad de Trujillo en toda su extensión: sus valles, sus playas e incluso de noche, se ve la ciudad iluminada con su plaza de armas y sus alrededores, simulando una galaxia”, nos cuenta Mariano Vela.

La mayor parte del año, en Salpo se goza de una atmósfera despejada y no hace mucho frío. Desde allí se observó el cometa Halley con facilidad: los que hicieron el viaje no partieron decepcionados. La expedición se puso de inmediato en contacto con las autoridades del pueblo para iniciar las gestiones conducentes a una probable construcción de un observatorio astronómico que daría un gran impulso al interés por la ciencia en la región. Luego, nos cuenta el profesor Llatas, se inició en la gestión ante el CONCYTEC.

La expectativa es grande y la “expedición Halley”, que llegó al cerro Ragash, está hoy tratando de obtener el apoyo de CONCYTEC para cristalizar el sueño que nació a la luz de las estrellas salpinas visitadas por el Halley. Numerosos jóvenes se han acercado al cosmos y no quieren apartarse. El observatorio de Salpo sería para ellos fundamental. Entendemos que el CONCYTEC realiza importantes esfuerzos para descentralizar los recursos económicos asignados a la ciencia. El observatorio de Salpo sería una bella oportunidad para avanzar en ese sentido.

Reunión de astrónomos analizando el tema Observatorio de Salpo

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