Aquí se encontraban los niños de todos los mundos. Los hijos de los pescadores, de los obreros de Siderperú, de los grandes comerciantes de la calle Bolognesi, de los turistas que llegaban en sus autos Ford y Chevrolet y de los vendedores del mercado central.
Aquí, los más audaces se lanzaban bajo las olas azules y buceaban hasta reflotar y nadar entre gaviotas juguetonas.
Aquí nacían los amores adolescentes que buscaban inspiración en las blancas islas y en la lejana línea horizontal sobre la que aparecían o desaparecían las lanchas.
Aquí, de la arena blanca surgían muy muyes y carreteros, corriéndose de las gaviotas picotonas.
Aquí te conocí y me tomaste de la mano, pidiéndome te acompañe a correr al borde de las aguas marinas, y empezar a caminar por mundos con otras gaviotas, carreteros y muy muyes…
Hoy regresé y quise recorrer nuestros pasos y no los encontré. Estaban enterrados con piedras color desesperanza…
Estimado Modesto, toda esa hermosa naturalesa lamentablemente hoy es parte del pasado y mientras se continue destruyendo la calidad educativa, vendiendo titulos prpf3sionales y posgrados en nuestro peru y no puedan llegar a gobernar los mejores profesionales, nuestra esperanza de recuperar esa hermosa naturaleza cada ves esta mas lejos.
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