Diario «La República», 13 de octubre de 1987
Idiomas
Escribe Modesto Montoya
En el mundo moderno, existe un idioma que domina: el Inglés. Cuando se conversa con un científico o técnico chino, japonés, vietnamita, egipcio u otro, siempre el inglés nos puede servir de intermediario. El famoso Esperanto parece no tener futuro ante la arrolladora dominación del idioma inglés. Esto nos lleva muchas veces a exagerar en el empleo del inglés, hasta el punto que todo nombre extranjero lo pronunciamos con la fonética inglesa.
Uno de los ejemplos de la exageración del empleo del inglés es la lectura de nombres extranjeros por los locutores de radio y televisión. Hace poco escuché en la radio la noticia que un médico del Instituto “Pastiur” había progresado en la búsqueda de cura contra el SIDA. En realidad, el locutor estaba leyendo Instituto Pasteur, pero lo pronunciaba como él pensaba que lo haría un inglés. El detalle es que se trata de un nombre francés y la pronunciación francesa no es “Pastiur”: la más aproximada sería “Paster”. Menos problemático sería leerlo a lo peruano, es decir, Pasteur. Así por lo menos los oyentes pueden deducir cómo se escribe ese nombre extranjero.
En otra ocasión se comenzó a escuchar el nombre de un futbolista francés, que más tarde sería famoso. Un locutor hablaba del futbolista “Maiquel Plataini”, que en realidad se trataba de Michel Platini, cuya pronunciación francesa más aproximada sería Michel Platiní (mejor sería Mishel Platiní, para usar la sh inglesa).
Pero no ocurre sólo con los locutores de radio y televisión. Hace poco escuché que había llegado a una universidad una científico cuyo nombre era “Euyén”. Como ya me encontraba en guardia ante la pronunciación inexacta de los nombres extranjeros, pensé que se podría tratar de un francés de nombre Eugene, en cuyo caso la pronunciación francesa más aproximada sería “Uyén”. Pero no, esta vez se trataba de un nombre alemán, Eugen, cuya pronunciación original se acerca más a “Oiguen”.
Creo que, a falta de dominar todos los idiomas, deberíamos, por convención, leer los nombres extranjeros con la pronunciación peruana. De lo contrario, estaríamos corriendo el riesgo de masacrar los nombres originales usando un idioma que, además, no es el nuestro.
En este sentido, cabe hacer notar que los franceses “afrancesan” todos los nombres extranjeros. Me acuerdo de que, en una ocasión, escuché en la radio francesa el nombre de un secretario de Estado de apellido “Eg”. Acostumbrado a nuestros locutores deduje que ese señor se apellidaba “Huevo” (egg: huevo en inglés). Siguiendo el hilo de la noticia, me di cuenta de que se trataba del Secretario de Estado de los EE.UU., señor Haig (los norteamericanos pronuncian aquí H entre la J y la H).
Todo esto para sugerir entonces que seamos más fieles a lo que se habla en el Perú. Claro que muchos estarían sorprendidos al escuchar pronunciar el apellido Reagan con tres sílabas, al estilo peruano.
MUCHAS GRACIAS, doctor MONTOYA, es agradable la aclaración, saludos JC ________________________________
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