La física nuclear y aplicaciones en el Perú

Escribe Modesto Montoya

El valor del conocimiento fue puesto en evidencia en la Segunda Guerra Mundial, cuando los físicos nucleares más notables del mundo participaron en la construcción de la bomba atómica en el marco del proyecto Manhattan. Desde 1945, gracias a la concentración de talentos científicos en su territorio, Estados Unidos se convirtió en la primera potencia científica y tecnológica. Desde entonces, la estrategia de desarrollo de este país se basó en la atracción de talentos en las  diversas disciplinas del conocimiento.

Luego de que se hiciera explotar bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, se inició la carrera nuclear entre las potencias. En general, todos los países con cierta capacidad tecnológica empezaron sus programas nucleares con el sueño de su bomba propia.

Ante el riesgo de una eventual conflagración nuclear, en 1957 se creó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). El rol de este organismo es de promover las aplicaciones pacíficas y poner barreras que impidan el uso militar de la energía nuclear.

En el marco del programa “Átomos para la Paz”, el director científico del proyecto Manhattan, el físico Robert Oppenheimer, vino a Lima el 26 de mayo de 1962, siendo recibido por ingeniero Mario Samamé Boggio, rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Robert Oppenheimer exhortó a los hombres de ciencia para que lleven a cabo una tarea de colaboración y unirse para evitar conflagraciones. Predijo que en el futuro las armas serán abolidas, “como lo fue en su oportunidad histórica la esclavitud”.

El Ing. Mario Samamé Boggio fue el primer decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, con la idea de promover la física nuclear en la UNI. En esa línea, convenció al físico nuclear Víctor Latorre para concretar esta tarea. El doctor Víctor Latorre es el primer peruano que publicó un trabajo en física nuclear en una revista científica internacional indizada.

Esos hechos históricos muestran que en la Universidad Nacional de Ingeniería se inició la física nuclear en el Perú.

El 4 de febrero de 1975 se creó el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) para promover las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear, las que se dan en todas las disciplinas de la ciencia y tecnología.

La primera publicación del IPEN, en una revista científica internacional, se dio en 1984, sobre la fisión fría, fenómeno en cuyo descubrimiento participamos en 1981 y que fue el tema de tesis de doctor del autor de este texto.

En 1988, el IPEN, presidido por el Dr. Víctor Latorre, puso en marcha el reactor de investigaciones de 10 megavatios (RP-10).  Con este reactor se inició la producción de radioisótopos y radiofármacos y la aplicación de la técnica de activación neutrónica para el análisis químico de muestras arqueológicas, minerales y ambientales.

En 1995, UNI crea la maestría en física médica, para formar físicos en la aplicación de la radiación en medicina nuclear, radiodiagnóstico y radioterapia. Ello ha hecho posible enfrentar al cáncer, usando las tecnologías que avanzan cada año e iniciar la investigación en este campo.

El año 2009 se crea la Asociación de América Latina de Física Nuclear y Aplicaciones (ALAFNA). En el 2020, la ALAFNA se reúne en la sede del OIEA, para analizar las líneas de investigación y aplicación de la física nuclear que pueden impulsar la colaboración latinoamericana.

En suma, la física nuclear y sus aplicaciones son temas de permanente interés, ofreciendo oportunidades para investigar y contribuir con el desarrollo sustentable y descubrir aspectos todavía ocultos de la materia nuclear.

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