Los agricultores de los Andes son los que se enfrentan a tempestades, rayos, truenos, frío, para enviarnos algo de papa, trigo, olluco, oca, mashuas, quinua, entre otras delicias.
Hoy, mi primo Manuel, que se encuentra en una de las laderas de mi niñez, en Salpo, me dice que esta noche tendrá como cena papas con cecina (charqui).
Como ves, guardo el distanciamiento necesario, me dice.
La policía controla la carretera Trujillo-Salpo, para que no venga gente con el coronavirus, me cuenta.
Suerte, Manuel. En Lima, el charqui es un lujo lejano. ¡Cuánto extraño a mi pueblo!
Las casas que se ven en la foto están a unos 5 km de Salpo.
