RECONSTRUCCIÓN CON EDUCACIÓN Y CIENCIA
Desde la loma de la cordillera donde se ubicó el centro de la civilización Cuidista, el abuelo José me contaba:
Hace miles de años, los huaycos sepultaron las construcciones y las chacras de lo que hoy es Trujillo. Los sobrevivientes construyeron la Huaca de la Luna y Chanchan, lejos del valle.
Un pequeño grupo decidió emigrar al lugar habitable más alto y seguro contra huaycos, sin perder la vista a las antiguas tierras. Así llegaron a este sitio, una loma de cordillera, a la que no puede llegar ningún huayco. Aquí se levantó una ciudadela, la que se convirtió en la capital de la civilización Cuidista.
Un grupo más pequeño construyó sus habitaciones en el cerro Ragash, el más alto que se puede ver desde Trujillo, pero con poco espacio para construir y de difícil acceso.
Los mineros que vinieron por el oro, se instalaron abajo, en Salpo, al pie del Ragash. Por un terremoto, Salpo puede verse devastado con rocas desmoronadas del Ragash.
Durante la primera mitad del siglo XX, huaqueros extranjeros, acompañados de gente armada, saquearon la ciudadela, de la que queda solo algunas paredes. La vista que se tiene desde este lugar es una muestra de la visión futurista de los antiguos peruanos.
A media hora de caminata se llega a la cima del Ragash, para observar el mar y la Cordillera Blanca.