Estas costumbres parecen haber existido siempre en diversos ámbitos del poder de la República Peruana. La más clara evidencia de esta realidad es que, después de 200 años, los apellidos de los que detentan el poder político y los altos cargos no son representativos de la mayoría de la población peruana. Esta anormalidad es más acentuada en instituciones estratégicas.
Como parte principal de esta política, se ha abandonado la educación estatal y se potencia la educación privada, la que reproduce el sistema que lleva cuesta abajo al país.
Lo anterior ha impedido el uso del pleno potencial humano peruano y dejado un país sin ciencia, pobre, dependiente, cuya supervivencia depende de los precios de sus recursos naturales, los que son literalmente entregados a empresas extranjeras con tecnología extractiva.
Los peruanos conscientes de este drama nacional pueden adherir al http://www.partidodelaciencia.com