Ante la histórica falta de políticas que impulsen la ciencia, Latinoamérica se ha hundido en la pobreza y la desnutrición. En cambio, al Norte, Estados Unidos, basados en la investigación y la innovación, se ha convertido en un país que atrae soñadores.
Los gobernantes latinoamericanos, quienes en su mayoría viven atrayendo a empresas mineras y rechazando a los talentos innovadores, quedan mudos ante la política migratoria de la potencia. Esta potencia les agradece que rechacen a sus talentos, pero nos permite que le envíen sus pobres, las víctimas de sus políticas colonizadas.
Los gobernantes latinoamericanos se quedan mudos ante el rechazo humillante que sufren sus pobres que intentan entrar al territorio de sus sueños.
Latinoamérica despertará de su pesadilla cuando empiece a pensar en ciencia y se deshaga de los partidos políticos que ignoran su valor.