En diciembre de 1978, 40 años después del descubrimiento de la fisión nuclear, se puso en evidencia la existencia de la fisión fría del uranio 233, uranio 235 y el plutonio 239, inducida por neutrones térmicos. Los experimentos, que formaron parte de la tesis del autor de este libro, fueron realizados por un equipo de científicos de la Comisión de Energía Atómica de Francia, dirigido por Claude Signarbieux.
