En estos tiempos de crisis se está usando mucho el término “narrativa” que es un género literario de novela corta. Los medios de comunicación y los usuarios de las redes sociales elaboran sus narrativas sobre la realidad social y política. Gabriel García Márquez advertía que la novela tiene que ser creíble. Esto también se aplica a la narrativa.
Tomando en cuenta las encuestas, podemos concluir que no es creíble la narrativa de los medios comerciales sobre los sucesos sociales. La razón es simple: las tecnologías de la comunicación permiten comprobar los hechos y por lo tanto no hay lugar para narrativas.
Sobre las muertes de manifestantes se elaboraron diversas narrativas. Pero los vídeos mostraron la realidad y las narrativas pasaron a ser solo novelas cortas de mala calidad, porque dejaron de ser creíbles.
La mayoría de los procesos fiscales está basada en narrativas y los fiscales se han convertido en novelistas bien remunerados. Se necesita investigadores que presenten pruebas. Para ello existen las TICs. Sin pruebas contundentes, nos quedaremos en narrativas que juntas se están convirtiendo en una novela sobre el Perú.
El gran novelista Mario Vargas Llosa, por la ideología que defiende, cae en la tentación de hacer narrativas no creíbles. Paso a recordar una nota publicada hace cuatro décadas.
Diario «La República», 28 de octubre de 1985
Universidad caricaturizada
Escribe Modesto Montoya
La universidad peruana lucha tenazmente por obtener los medios que le permita cumplir
con sus objetivos al servicio del país. Para ello, se esfuerza por lograr el apoyo de
instituciones nacionales e internacionales. Los estudiantes y profesores peruanos que
realizan trabajos de investigación o estudios de postgrado en el extranjero, se convierten
en embajadores de la universidad. Es en base a su desempeño que se abrirán las
posibilidades de colaboración, que permitirá aprovechar la experiencia de instituciones
avanzadas en temas que son de interés para el país.
Los intelectuales peruanos, que son los que dan una imagen de nuestras universidades,
deben esforzarse para no distorsionarla o caricaturizarla. Por eso es que me ha llamado
la atención que el escritor Mario Vargas Llosa, haya otorgado una entrevista (Le point de
Paris,29 septiembre de 1985) en la que desdibuja la universidad que conocemos. Las
universidades Latinoamericanas son, según MVL, “lugares donde la violencia ideológica
y práctica, reina”. MVL declara que en las universidades Latinoamericanas es donde se
forman las bandas. “De allí salen todas las filosofías que justifican la violencia”. MVL
afirma además que “la clase intelectual latinoamericana es además subdesarrollada”, sintiéndose
desanimado cuando se encuentra frente a esta. La razón por tal calificación es que “no se siente
afectada por los eventos de Afganistán” y en su seno “no se debilita la imagen de la Unión
Soviética y del comunismo”. Se necesitaría según MVL, un líder carismático y pragmático tan
evidente para “atraer a esa clase limitada” pero además que sea como una Tatcher que ose atacar el problema, considerando que la libertad es la mejor solución, “incluso en el nivel económico”.
Gabriel García Márquez suele decir que no se necesita gran imaginación para escribir en
América Latina, sino un gran poder de observación. Sin embargo, la universidad y los
intelectuales de MVL son producto de una gran imaginación caricatural. Parece que el
autor no mide las consecuencias que trae la difusión de caricaturas, que una clase
intelectual no informada puede tomarlas por reales.