Era evidente que un grupo anti Pedro Castillo (APC) de congresistas electos estaba decidido, desde abril del 2021, de impedir que Pedro Castillo asumiera el poder, o si lo hacía, encontrar la forma de vacarlo.
Ya en Palacio, casi todos los empresarios a los que consulté no querían conversar con él, menos de ser ministros. Algunos sugerían que, como presidente, haga tours de popularidad y que los deje a ellos gobernar, algo así como en UK. Un congresista me pidió que le sugiriera que la bancada de PL apoye su candidatura a la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología, cosa que no hice.
En suma, Pedro Castillo no tenía posibilidades de terminar su mandato.
En los pueblos del Perú empezó a surgir el clamor que se cierre el congreso, tema que nunca se puso siquiera en conversación informal entre miembros del Ejecutivo.
En año y medio de intenso trabajo, abandonando su deber de tratar gran parte de los proyectos del Ejecutivo, el grupo APC logró armar los elementos contundentes para sacarlo de Palacio. Si no funcionaba la vacancia, por falta de los 87 votos, tenía los votos de la mayoría para la suspensión de Pedro Castillo como presidente del Perú.
La vacancia o la suspensión se basaban en innumerables acusaciones, entre las que estaba la de ser cabeza de una red criminal.
Por lo sucedido, Pedro Castillo parece haber provocado que su vacancia sea por “rebelión”, razón que es resaltada por los medios internacionales. Ante sus seguidores, el mensaje tiene otro sentido que el enarbolado anteriormente por el APC.
Los de grupo APC no comprendieron o no les quedaba legalmente otra decisión que tomar. Pero consumada su decisión, mostrando su incapacidad intelectual para comprender el tema, celebraron hasta las lágrimas algo de lo que no alcanzan a comprender sus consecuencias, o talvez no les importó.
Las manifestaciones que sucedieron después de la vacancia son preocupantes. Es necesario frenar la escalada violentista que hace daño al país. El congreso tiene el poder para hacerlo. Esperamos se vuelva razonable, y haga todo lo necesario para que se convoque nuevas elecciones.
A los peruanos nos toca buscar un cambio real, pacífico y democrático del Estado. Lo peor es la violencia. El empecinamiento por aferrarse al poder habiendo perdido la confianza no es mejor.
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Pedro Castillo no tuvo los ministros y asesores preparados, esa fue su caída Echarle la culpa al Congreso otra falacia. El Congreso no hace obras, el que lo hace es el Poder Ejecutivo.
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