La competencia mundial en ciencia, tecnología e innovación (CTI) se está intensificando. Las potencias se esfuerzan por seguir en el certamen, mientras que los algunos países pobres que quieren dejar de serlo organizan sistemas de CTI para generar y exportar conocimiento.
A pesar de que el boom de los primeros chips empezó en Estados Unidos, hoy ha perdido el liderazgo en la producción de chips de tecnología avanzada. Para tratar de recuperarlo el Congreso ha aprobado la “Ley Chips y Ciencia” y el gobierno, rompiendo sus principios liberales, prohíbe a sus aliados la venta a China de equipos para elaborar chips de alta gamma
El sector CTI es crucial para la supervivencia de las potencias como tales, por lo que les resulta imprescindible contar con investigadores científicos y tecnológicos. Por ello hacen todo lo posible para atraerlos desde donde se encuentren.
Gracias a medio siglo de política consistente de atracción de sus talentos en CTI que se formaron en Estados Unidos y Europa, China es ahora el primer exportador de productos tecnológicos.
En los años 80s, Estados Unidos estaba muy contento de recibir jóvenes chinos, porque ellos contribuían con la competitividad de sus laboratorios y sus empresas tecnológicas. Hoy, los líderes norteamericanos temen que los estudiantes chinos regresen a su país para hacerles la competencia. Y es lo que está ocurriendo: algunos, incluso, regresan con sus directores de tesis para iniciar proyectos ambiciosos en China.