indignarse por todos los gobiernos que abandonaron a los pueblos sin carreteras. Indignarse y no permitirles que regresen.
¿O creerá que este Congreso, que quiere el control también del Ejecutivo, lo hará mejor?
Desde 1965 empecé a recorrer el Perú. Siempre encontraba una carretera peor que las que vi antes. Siempre vi madres más pobres que las anteriores.
«Es una prueba que somos un pueblo resistente, hemos sobrevivido a pesar de todos los gobiernos», solía decir mi abuelo.
La verdad es simple. Si no iniciamos una política de educación de calidad para todos y de impulso de la ciencia y la tecnología, cada vez estaremos peor. Pero este tema no merece un dominical.
Por ello, con el respeto que merece la Sra. Sol Carreño, habría que sugerirle imparcialidad. La manera en la que presentó el informe sobre un pueblo de Huancavelica, más parecía una instigación.
Lo que tendríamos que hacer es marchar mostrando nuestro repudio a los gobiernos y partidos que abandonaron la educación. Exijamos, hoy y siempre, educación para nuestros hijos y nietos. Es con educación que los países ricos empezaron a crecer.

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