Un lugar en el corazón femenino, gracias a mi madre

Un amigo llegó a casa cuando me encontraba lavando la vajilla.

¿La señora está de viaje? –me preguntó.

Me tomó algunos segundos para comprender el porqué de la pregunta.

Desde niño, mi madre me enseñó lavar vajilla, ropa, entre otras actividades de caseras.

También me enseñó a cocinar. Es esto tuve percances. Compartía el cocinar con el fútbol de la calle frente a mi casa. Varias veces se me quemó el arroz.

De joven, invitaba a las amigas a mi casa. Le preparaba el clásico lomo saltado. Les encantaba. Me ganaba un lugar en sus corazones.

Un comentario

  1. Querido y recordado colega MODESTO:

    Me has hecho recordar mi niñez , tuve una abuela muy especial, decía quien ama a su madre , resulta ser un gran hijo , padre , profesional , tiene la bendición del de arriba, MUCHAS GRACIAS , por compartir estos agradables momentos , abrazos afectuosos y fraternos JC

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