La pobreza de ideas que se observa en las campañas de los candidatos en las elecciones presidenciales del Perú en 2016, ha sido aderezada de insultos y señalamientos que no ayudan a conocer las propuestas.
Los actuales programas televisivos dedicados a la política se asemejan cada vez más a los “reality shows” que tanto erosionan la inteligencia de los peruanos y ni siquiera permiten apreciar el nivel intelectual de los candidatos. La razón debe estar en la frase ferrandiana: “Eso es lo que le gusta a la gente”.
Claro, muchos dirán que los partidos nunca cumplen sus promesas. Por lo tanto que siga el espectáculo, aunque éste no tenga nada constructivo.
Lo dicho significa que difícilmente se podrá erradicarse la pobreza de la política peruana y, por lo tanto, tampoco será posible tener un gobierno que, en el sentido más amplio de la frase, erradique la pobreza en el Perú.
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Es cierto que los políticos no exponen propuestas que contribuya con el desarrollo de nuestra sociedad. Ojalá se siga invirtiendo en educación para desarrollar las capacidades de los peruanos y así surgan líderes con ideas para lograr nuestro desarrollo sostenible.
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Quienes se acercan a la política, lo hacen mayormente en busca de beneficios personales; sólo unos pocos (¿ilusos?) tienen buenas intenciones, y entre ellos, menos tienen la capacidad y habilidades necesarias para realizar una buena labor.
Por el otro lado, entre quienes eligen también hay demasiados que sólo están interesados en su provecho personal; generalmente son del tipo “que lo haga otro” cuando se trata de corregir o mejorar situaciones ajenas. Además, la gran masa de votantes lo hace por obligación y sin una verdadera evaluación de posibilidades de elección y, si desean hacerlo, no hay verdaderas propuestas o éstas no importan porque son sólo ofertas de campaña y no pasa nada cuando no las cumplen.
Este statu quo es favorecido por la cultura inmediatista difundida por la actitud mercantil del rápido beneficio con el mínimo esfuerzo, tan propiciada por el aparato comercial y los Medios de Confusión (TV, diarios,…), que sirven a los de turno según la paga que reciban, siendo así prácticamente “sicarios sociales”.
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¿Educación? Antes había la Religión que se enredó en su camino y ya no sirve para implantar buenos valores. La Ciencia ya pasó también porque se prostituyó en la Tecnología, para servir a los poderosos, pues ya no interesa el beneficio social, sólo el de la empresa que le paga: no es necesaria la calidad en un “úsalo y bótalo” (“pero prodúceme ingentes utilidades”), de la red vendedora que expolia a quien puede.
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¿Qué nos queda? Los pocos que aún desean luchar por un renacimiento moral creo que tendrán que fortalecer mucho sus propias bases espirituales, al mismo tiempo difundiendo a su alrededor los valores que profesan y buscando sembrar las semillas para el advenimiento de un nuevo Mahatma que logre superar a los ídolos erigidos por el ‘stablishment’ (cantantes, futbolistas y otras ‘rara avis’ de las candilejas en las pantallas sociales).
Las herramientas tecnológicas deben revertirse en su acción negativa actual para que sirvan positivamente al ser humano, antes que regresarlo no a una era pre-tecnológica, sino a una oscura era de desolación absoluta en una ambiente necrosado: agua escasa, aire contaminado, alimentos insuficientes.
¿Nihilismo? Tal vez.
¿Desilusión? Mucha.
¿Esperanzas? Pocas.
CADA UNO SERÁ RESPONSABLE DE SUS RESPUESTAS.
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Las escuelas construidas por los gobiernos son un peligro para la vida y salud de los niños, inocentes, que van con ilusión a aprender. Son construcciones hechas con malos materiales, con techos que se desploman, paredes que se caen, pisos deshechos, ni hablar de los baños, habrán? y las carpetas! por favor, casi no hay. Qué pasa? no hay conciencia para construir? Quiero ver buenos colegios, con niños felices sentados cómodamente en carpetas de buena calidad, en salones seguros, con paredes y techos de buen material, bien ventilados, baños limpios que tengan jabón, papel toalla e higiénico. Agua filtrada para beber. Un patio que no sea un terral inmundo. Escuelas que tengan todo el equipo y material de enseñanza que sea necesario para la época que vivimos.
Esa debería ser la labor de la primera dama de la nación, preocuparse por la niñez. La educación y la salud de los niños es lo más importante en un país. Después del hogar, la escuela forma la conducta, el conocimiento, la fe, la esperanza y el futuro de los niños, que son el tesoro mas valioso y el futuro de una nación. Dinero hay, lo que no hay son prioridades, el ser humano debería ser la prioridad número 1
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Esta es una deformaciòn de los «polìticos» o politiqueros, como debe llamàrseles en realidad. Los medios de comunicaciòn solo fingen que les importa los problemas del Perù, pues su finalidad es netamente comercial, y solo ven la manera de «entretener», «divertir», porque de esa manera haràn màs rating, para que las empresas anuncien o emitan su publicidad para la venta de sus productos. Esta es una deformaciòn posiblemente global o mundial de los medios de comunicaciòn, cuya meca està en EE.UU..Ciertamente, aquì copiamos a los gringos, pero lamentablemente solo en lo malo o pernicioso para la sociedad. En Europa, EE.UU., Japòn, etc. los medios tienen una labor màs amplia que aquì, pues ademàs de entretener o divertir, tambièn divulgan programas de informaciòn cientìfica, cultural, polìtica, social, etc. es decir hay una mayor diversificaciòn de las noticias, de los contenidos, de los enfoques, de las formas, es decir que tiene la gente la opciòn de cambiar de canal, y ver cosas diferentes. Asì por ejemplo existen los canales de documentales: Discovery, History, National Geographic, que aquì no hay, ni siquiera algo parecido. Por eso es que el Perù estamos como estamos. Tal vez en toda Latinoamèrica, aunque con algunas excepciones, tambièn sufren del mismo mal de pobreza mental endèmica. Quizàs por eso es que otras sociedades nos han sobrepasado, habiendo estado hace 50 años igual o màs pobres, materialmente, que nosotros.
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