Política y Academia: el silencio de los condenados

000DSC01055Hace décadas, Efraín Orbegoso, ex ministro de Educación, me invitó a su club de otuzcanos y me presentó como uno de sus paisanos. Soy de Salpo, le dije. Es un distrito de Salpo, aclaró. Hace algunos años, su pariente cercano, Sigifredo Orbegoso (analista político, ex decano de Derecho de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), ex decano del Colegio de Abogados de la Libertad),  rector de la Universidad César Vallejo (UCV), me llamó por teléfono para proponerme un Doctorado Honoris Causa por esta universidad. Acepté, honrado.

000DSC01143Empecé a conocer a los profesores y alumnos de la UCV. Interactué con el director de investigaciones, Santiago Benites, ex jefe del Laboratorio Regional de La Libertad del Ministerio de Salud, doctor en ciencias biomédicas por la Universidad Nacional de Trujillo. Santiago Benites es descendiente de la familia Benites de Uningambal (antes de la provincia de Santiago de Chuco) cuyo patriarca enseñó las primeras letras a mi padre, quien no conoció la escuela oficial.

Benites con sus alumnos y su hijo de unos 10 años participó en la “Caminata por la Ciencia” que empezó en Casmiche (1500 mnsm) y 7 horas más tarde terminó en Salpo (3500 msnm). Fue una experiencia extraordinaria que nos permitió conocer a peruanos que aún viven como en el siglo XVI, otros en la minería informal, y finalmente las torres de retransmisión signos del siglo XXI.

Con Santiago Benites estamos interesados en estudiar la contaminación minera. Tengo todavía las muestras que ha recogido en la cuenca del río Moche, con investigadores de la Universidad de Michigan.

Entre otros profesores de la UCV que con sus alumnos participaron en versiones de la “Caminata por la Ciencia” está Bertha Ulloa, matemática por la UNT y doctora en ciencias de ingeniería por la Universidad de Norte Fluminense.

El propietario de la UCV, César Acuña, usó a la UCV como parte de su campaña política. Los medios lo denunciaron de plagiador para hacer sus tesis.

Los alumnos de la UCV ahora son víctimas de la guerra política. Los medios de comunicación se preguntan, casi condenándolos: ¿quién les va dar trabajo a los alumnos de una universidad propiedad de un candidato plagiador?

Al autor de esta nota le conminan a renunciar al Doctorado Honoris Causa de la UCV,

Lo que haré es seguir participando con los alumnos y profesores de la UCV, como de otras universidades, en la promoción de la ciencia y la tecnología.

Seguiré recordándole al Gobierno que el Estado es responsable de la  educación actual y reclamarle que: 1) reoriente los recursos estatales para para incrementar significativamente el número de vacantes en las universidades estatales; 2) brinde los recursos para permitir que las universidades estales brinden posgrados e investigación de calidad, en vez de seguir abriendo la brecha económica con las privadas; 3) descongelar las remuneraciones de sus docentes para evitar la deserción.

A los jóvenes les invito a organizar el Partido por Educación, Ciencia e Innovación.

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